martes, 3 de junio de 2014

Día 7 de viaje (5 de noviembre)

Teníamos intención de ir a ver la salida del sol en kayak y nos levantamos a las 5 de la mañana, pero llovía. Así que nos quedamos hasta las 7:15 en el bungalow y fuimos a desayunar. En principio nos dijeron que fuésemos al hotel que estaba a 5 minutos andando desde el resort y que nos pasaban a buscar por allí para llevarnos en un minibus a Hanoi. Luego resulto que nos pasaban a buscar por el resort. Bueno, nos dimos un paseo. Nos subimos al bus y a las 11:30 nos llevaron a comer a un restaurante cutrísimo y muy muy sucio en el que la comida se quedó en el plato ya que era incomible. No eran cosas nuestras solo, la mayoría de gente ni la probó. Allí tubimos que esperar a otro minibus para que nos llevase a Hanoi. Al final llegó a las 13:20, subimos y después de jugar al tetris Victor, Ruben y yo conseguimos encontrar la posición idónea para no desencajarnos ninguna articulación, ni que al llegar nos tuviesen que amputar nada. A mitad de camino hicimos la parada pertinente en la tienda de souvenirs. Por fin a las 18:00, y después de casi 10 horas en un trayecto que se puede hacer en 3, llegamos a Hanoi. Nos esperaban en el hotel. Nos pidieron un taxi para llevarnos a la estación de buses. Allí cogimos un sleeperbus. Nos subimos y aquello parecía sacado de una película. Literas a la derecha, en el centro y a la izquierda de un bus....bueno, mas que camas parecían nichos. En el trayecto a Ninh Binh parece ser que casi tenemos un accidente con un camión, y digo parece ser porque yo estaba durmiendo. Me desperté y Victor estaba blanco de la impresión que le había dado. Eso le pasa por no dormir. La verdad que es extraño que no hayan mas accidentes en esas "carreteras" de extraradio viendo su estado y como conducen, aquí el que adelanta tiene preferencia, no hay ley que valga. Llegamos a Ninh Binh y después de hacernos bajar como si fuésemos ganado, literalmente -solo les faltaba ir dándonos pataditas hasta la puerta del bus.- Fiti, Pepe y Rubén cogieron un taxi que los llevó al hotel Queen. Victor y yo fuimos andando. Pasamos por calles dignas de ver a las tantas de la madrugada y sin ningún tipo de luz. Aunque en ningún momento nos dió sensación de inseguridad. Llegamos al hotel y el día acabó ahí.
El día a sido un poco alocado entre la lluvia, minibuses, tiempos muertos, restaurantes cutres y conductores suicidas pero no deja de ser un viaje y una experiencia. No hay mal que por bien no venga. Estamos en Ninh Binh. Mañana será mejor seguro.

Sin fotos adjuntas, no eran necesarias.





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