lunes, 7 de julio de 2014

Día 9 de viaje (7 de noviembre)

Llegamos a Hue por la mañana bastante descansados. La primera parada la hicimos en la cafetería de la universidad, que estaba relativamente cerca de la estación de tren. No se que habíamos hecho durante el camino o la noche anterior pero todos pasamos por el lavabo esa mañana. Sin excepción. Esto me lo podría haber ahorrado, pero había que decirlo. Encontramos un hotel donde dejamos las mochilas y alquilamos 3 motos. En ese mismo momento contratamos el taxi que nos llevaría donde realmente queríamos pasar la noche, Hoi-An. A unos 135 km de Hue. Considerado uno de los pueblos mas bonitos de Asia. El trayecto nos salió muy bien de precio. Unos 9€ por persona. En Barcelona un trayecto de esa distancia no se lo caro que puede llegar a ser, pero 9€ seguro que no. Después de esto, cogimos nuestras motos y pusimos rumbo a visitar la ciudad imperial de Hue. La ciudad imperial está considerada patrimonio de la humanidad, y la verdad que no te deja indiferente. Hay que verla. Imponente, inmensa y aislada del resto de la ciudad por murallas. Aunque allí me lleve el susto de perder la funda de la cámara con todas las fotos del viaje. Por suerte y después de correr como un loco al teatro, las recuperé. Después de la ciudad imperial fuimos a una pagoda inmensa que aun estaba en construcción, y en lo alto de la montaña un Buda gigantesco. Aunque cansaba solo el ver el montón de escaleras que había que subir, lo hicimos. Valió la pena solo por las vistas que habían de la ciudad. Mas tarde, fuimos a visitar unos de los templos budistas mas importantes de Hue. El templo de Thien Mu, a orillas del rio Perfume. Es un punto neurálgico en Vietnam, ya que es un enclave cuando se trata de realizar manifestaciones políticas. Después, y ya para finalizar, fuimos a visitar otra pagoda llena de libélulas. Lo curioso de las libélulas es que contra mas alto vuelan mas soleado será el día, y en eso se basan muchos vietnamitas para predecir como va a ser el día. Ni satélites ni meteorólogos ni nada que se le parezca, libélulas. Ya sí, devolvimos las motos y al rato nos vino a recoger el taxi a la puerta del hotel. El viaje en taxi toda una experiencia...suerte que le dijimos "you drive with safety". En este país lo de conducir se les va de las manos. Incluso nos puso la Macarena y la bailó con nosotros. Que internacionales que somos...