viernes, 29 de agosto de 2014

Día 12 de viaje (10 de noviembre)

Nos levantamos, nos duchamos, y a desayunar! Cereales y tostadas. No eran gran cosa pero sabían a gloria. Con las pilas cargadas cogimos 3 motos y nos fuimos a recorrer la ciudad. Primero fuimos a un Chiringuito en la playa a tomar unas cervezas artesanales. Nos dimos unos chapuzones en la piscina, ya iba tocando un bañito. De ahí, y ya relajados, nos fuimos a comer a un restaurante que había visto Ruben en la guía. Del nombre no me acuerdo, lo que si recuerdo es de la sopa de buey que nos comimos. El buey estaba increíble, pero mejor aún era la sopa de vinagre con la que venía. Con los estómagos llenos volvimos a coger las motos y comenzamos la visita a los monumentos religiosos e históricos de la ciudad. Primero a las columnas de Po Nagar Cham. Ahí se encontraba el único templo dedicado a la mujer. Allí arriba habían organizado un espectáculo/baile al que asistimos, por supuesto. Mas tarde Fiti y Pepe se pusieron las túnicas que allí alquilaban para poder entrar a ver los motivos religiosos del interior de los templos. No podía entrar porque Fiti iba enseñando los hombros, en fin. De ahí fuimos a ver Budas y pagodas por doquier. Rubén se había obsesionado con visitar el Buda tumbado de 18 metros. Estaba en la Pagoda de Long Son, pero éramos incapaces de encontrarlo. Por fin y después de mirar mapas y preguntar, lo encontramos. Mas arriba y en el mismo templo había otro Buda de 24 metros, este estaba sentado. Allí arriba había unos niños bailando. A Pepe le sacaron lo que quisieron, mira que llega a ser bueno. Ahí estábamos todos ya bastante cansados y decidimos ir a hacer una "Cocaloma". Nos duchamos y nos fuimos a cenar al KFC, parece poco asiático pero al contrario, aquello picaba una barbaridad. Aquí no ponen pepinillos, aquí ponen jalapeños. Este día tubo poco mas ya que esa misma noche nos íbamos dirección Ho Chi Minh, la antigua capital de Vietnam (Saigon). Taxi, borriquero, y a dormir.







 


Día 11 de viaje ( 9 de noviembre)

Esa mañana nos levantamos como si fuese un día normal. En realidad no lo era, se aproximaba al centro de Vietnam (justo donde estábamos) el supertifón Haiyan. Ya había pasado por las Filipinas causando destrozos materiales y humanos incalculables. Millones de movilizados y muertos. Vientos de hasta 320 km/h devastaron el país. Desayunando tomamos la decisión de cambiar el tren que teníamos ya cogido. Adelantar la hora de salida. Victor y yo por un lado queríamos quedarnos y verlo. Vivir lo que era pasar por esa situación. El problema era que al día siguiente carreteras y vías de tren estarían cortadas y sería imposible salir de la zona. Así que lo mejor era irnos de allí hacia el sur. Cogimos un taxi que nos llevó desde Hoi An hasta la estación de tren que estaba en Da Nang. Después de hacer una cola kilométrica ya que todo el mundo estaba intentando adelantar su salida, conseguimos que nos la cambiasen para las 10:36 de la mañana. Así que sin pensarlo lo cambiamos. Nos esperaban 11 horas en un borriguero hasta Nha Trang. Por fin subimos al tren y de lejos era el peor en el que habíamos estado. Mal cuidado y sucio. El lavabo daba pena, tanto que se me quitaron las ganas de pasar por el :). Esa noche dormí muy poco, yo creo que ninguno de nosotros descansó. Recuerdo pasar la noche fumando con Victor y Rubén. Por fin llegamos.  En la misma estación cogimos un taxi que nos llevó hasta el hotel Sakura. Resulto que era demasiado caro y se escapaba de nuestro presupuesto. Así que salimos en busca de otro y en la misma calle encontramos uno, hotel The Sun. No era gran cosa pero solo queríamos descansar en él. Lo bueno de este hotel que estaba cerca del mar, donde estaba todo el ambiente de la ciudad. La llaman la Copacabana asiática. En fín, dejamos las mochilas allí y fuimos a cenar unas hamburguesas de 230g en una brasería de la zona. Buenísimas, me quedé con ganas de mas. Mas tarde, y con los estómagos llenos, nos fuimos de copas a una discoteca/chiringuito que estaba realmente bien. Había muy poco vietnamita allí, de echo no vi ninguno, todos éramos extranjeros. Estábamos realmente cansados, 11 horas en tren y sin descansar apenas, pasan factura. A dormir!

Este día no tenía ganas ni fuerzas para sacar la cámara!


viernes, 1 de agosto de 2014

Día 10 de viaje (8 de noviembre)

Debían de ser las 3 de la madrugada cuando llegamos a Hoi An. El taxi nos dejó en el hotel que habíamos visto en la guía. Pero resultó que se escapaba del presupuesto. Era muy caro. Así que bastante cansados del viaje y llevando las mochilas a la espalda emprendimos de nuevo la marcha en busca de uno mas barato. Ibamos caminando cuando de repente escuchamos un fuerte golpe a nuestras espaldas. Nos dimos la vuelta y yo recuerdo ver chispas y una moto patinando por el suelo. Junto a ella una persona dando vueltas. Y alejándose a toda prisa otra moto. Por suerte Pepe, Fiti y Victor son enfermeros y reaccionaron muy rápido. Pepe fue el primero en llegar y atender al chico. No reaccionaba. Estaba inconsciente en el suelo. Sangraba mucho por la cabeza y las piernas las tenía repletas de golpes y arañazos. El ojo lo tenía hinchado. Victor y Ana se pusieron a pellizcarlo. Cada vez mas fuerte. Pepe le sujetaba la cabeza y le gritaba. A todo esto el hospital estaba a menos de 100 metros y pese que se había llamado a la ambulancia allí no apareció nadie. Sus amigos gritaban alterados. Al final el chico entreabrió los ojos. Dos amigos suyos lo cogieron en boladas, lo subieron a una moto y haciéndole un sandwich se esfumaron de allí. No dábamos crédito...
Pese a todo, y después del susto, seguimos en busca del hotel comentando lo sucedido. Entrábamos en las recepciones de los hoteles para preguntar por el precio de las habitaciones y poder verlas. Daba un poco de apuro preguntar ya que era muy tarde y los recepcionistas dormían tras los mostradores. Al final encontramos uno donde pasar la noche aunque no era muy bonito y limpio que digamos. Al día siguiente cogimos nuestros bártulos y fuimos a buscar otro mas céntrico y mas acorde con la arquitectura del pueblo. Lo encontramos justo en la calle principal. El nombre ahora no lo recuerdo. Allí alquilamos 3 motos y fuimos a ver el pueblo. Fuimos al puente japonés, varios monumentos arquitectónicos y el mercado. Para relajarnos y llenar nuestros estómagos fuimos a comer al Banana. Unos rollizos BUENISIMOS, aparte de una sopa de nudles también muy buena. Por la tarde Victor pincho rueda y en un momento y por 60 Dongs (2€) la repararon. Proseguimos nuestra visita en moto y fuimos a una pequeña isla que hay cerca de Hoi An. Allí tomamos unas cervezas en casa de una mujer muy amable. Lo mejor del día para mi. La casa estaba justo al borde del mar. Nos dejó subir a su barco y nos contó historias sobre su familia. Muy muy hospitalaria pese a los pocos recursos con los que contaba. Ya por la noche fuimos al mercado nocturno. Muy bonito. Allí compre la mayoría de recuerdos para familiares y amigos. Después fuimos a cenar y para terminar el día unas copillas en el Benq. A todo esto, ese día nos enteramos de que se acercaba al centro de Vietnam el supertifón Haiyan (Yolanda). Justo donde estábamos. En Filipinas ya había causado muchísimos destrozos así que decidimos que intentaríamos cambiar los billetes que teníamos a Natrang para las 22:15 del día siguiente. Eso, o quedarnos en Danat (una ciudad cerca de Hoi An) y pasar la noche en un hotel con buenos cimientos y que aguantase los golpes y las rachas de viento.
El día acabó ahí. Debo decir que lo que nos habían dicho de que Hoi An era uno de los pueblos mas bonitos de Asía no se si es cierto ya que no he visto muchos sitios en Asia. Pero que Hoi An es precioso si que lo puedo asegurar. Y merece una visita.