miércoles, 18 de junio de 2014

Día 8 de viaje (6 de noviembre)

A las 8 de la mañana estábamos en pié. Desayunamos. Un trozo de pan con mantequilla y membrillo, y un quesito. No había mas. Mas tarde hablamos con Tuan, el encargado de la recepción de hotel Queen. Le alquilamos 3 motos y pusimos rumbo a Trang An, no tan famoso como Tam Coc pero nos habían dicho que era mas bonito y menos turístico. No estaba muy lejos de Ninh Binh. Aproximadamente 20 minutos. Una vez allí alquilamos 2 botes. En uno Pepe y Fiti. En el otro el sector fumador. Era curioso ver como movían los remos con los pies aquellas remeras. Mientras surcábamos el río la mujer nos iba enseñando a nombrar los animales que íbamos viendo. Vimos monos (con he), cabras (con te), serpientes (con ran), etc. Pasamos por 9 grutas, cada cual mas bonita. Estalactitas y estalagmitas en su interior. Los paisajes sencillamente eran espectaculares. El paseo duró dos horas. Después volvimos a motorizarnos y fuimos en busca del mercado flotante. No lo encontramos pero valió la pena el buscarlo ya que pasamos por lugares que merecía la pena ver. Al final de la tarde encontramos una pagoda inmensa en construcción. Mas tarde fuimos a cenar a un restaurante que nos habían recomendado. La especialidad de la casa, cabra. Buenísima. Pero mas que la carne era la sopa con la que la servían. Del nombre del restaurante no me acuerdo. Se encontraba en la calle principal. Ya cenados, volvimos al hotel. Ducha y a relajarnos. Tuan nos invito a cerveza y nos dio de probar el tabaco típico de Vietnam. Bueno, pero muy fuerte. Se fuma con una especie de tubo de madera largo. En su interior agua (o eso nos dijo Tuan) y en el extremo inferior el tabaco. Calada larga y profunda y con suerte no te desmayas. Nos enseño vídeos de gente a la que les había pasado. Podría haberlos enseñado antes, igual me lo hubiese pensado. Con eso se acabó nuestra visita a Ninh Binh, y a las 21:12 cogimos otro borreguero rumbo a Hue. Al final mereció la pena perder el vuelo que teníamos ya comprado de Hanoi a Hue. Ninh Binh, una ciudad cualquiera en un entorno único.













martes, 3 de junio de 2014

Día 7 de viaje (5 de noviembre)

Teníamos intención de ir a ver la salida del sol en kayak y nos levantamos a las 5 de la mañana, pero llovía. Así que nos quedamos hasta las 7:15 en el bungalow y fuimos a desayunar. En principio nos dijeron que fuésemos al hotel que estaba a 5 minutos andando desde el resort y que nos pasaban a buscar por allí para llevarnos en un minibus a Hanoi. Luego resulto que nos pasaban a buscar por el resort. Bueno, nos dimos un paseo. Nos subimos al bus y a las 11:30 nos llevaron a comer a un restaurante cutrísimo y muy muy sucio en el que la comida se quedó en el plato ya que era incomible. No eran cosas nuestras solo, la mayoría de gente ni la probó. Allí tubimos que esperar a otro minibus para que nos llevase a Hanoi. Al final llegó a las 13:20, subimos y después de jugar al tetris Victor, Ruben y yo conseguimos encontrar la posición idónea para no desencajarnos ninguna articulación, ni que al llegar nos tuviesen que amputar nada. A mitad de camino hicimos la parada pertinente en la tienda de souvenirs. Por fin a las 18:00, y después de casi 10 horas en un trayecto que se puede hacer en 3, llegamos a Hanoi. Nos esperaban en el hotel. Nos pidieron un taxi para llevarnos a la estación de buses. Allí cogimos un sleeperbus. Nos subimos y aquello parecía sacado de una película. Literas a la derecha, en el centro y a la izquierda de un bus....bueno, mas que camas parecían nichos. En el trayecto a Ninh Binh parece ser que casi tenemos un accidente con un camión, y digo parece ser porque yo estaba durmiendo. Me desperté y Victor estaba blanco de la impresión que le había dado. Eso le pasa por no dormir. La verdad que es extraño que no hayan mas accidentes en esas "carreteras" de extraradio viendo su estado y como conducen, aquí el que adelanta tiene preferencia, no hay ley que valga. Llegamos a Ninh Binh y después de hacernos bajar como si fuésemos ganado, literalmente -solo les faltaba ir dándonos pataditas hasta la puerta del bus.- Fiti, Pepe y Rubén cogieron un taxi que los llevó al hotel Queen. Victor y yo fuimos andando. Pasamos por calles dignas de ver a las tantas de la madrugada y sin ningún tipo de luz. Aunque en ningún momento nos dió sensación de inseguridad. Llegamos al hotel y el día acabó ahí.
El día a sido un poco alocado entre la lluvia, minibuses, tiempos muertos, restaurantes cutres y conductores suicidas pero no deja de ser un viaje y una experiencia. No hay mal que por bien no venga. Estamos en Ninh Binh. Mañana será mejor seguro.

Sin fotos adjuntas, no eran necesarias.