viernes, 1 de agosto de 2014

Día 10 de viaje (8 de noviembre)

Debían de ser las 3 de la madrugada cuando llegamos a Hoi An. El taxi nos dejó en el hotel que habíamos visto en la guía. Pero resultó que se escapaba del presupuesto. Era muy caro. Así que bastante cansados del viaje y llevando las mochilas a la espalda emprendimos de nuevo la marcha en busca de uno mas barato. Ibamos caminando cuando de repente escuchamos un fuerte golpe a nuestras espaldas. Nos dimos la vuelta y yo recuerdo ver chispas y una moto patinando por el suelo. Junto a ella una persona dando vueltas. Y alejándose a toda prisa otra moto. Por suerte Pepe, Fiti y Victor son enfermeros y reaccionaron muy rápido. Pepe fue el primero en llegar y atender al chico. No reaccionaba. Estaba inconsciente en el suelo. Sangraba mucho por la cabeza y las piernas las tenía repletas de golpes y arañazos. El ojo lo tenía hinchado. Victor y Ana se pusieron a pellizcarlo. Cada vez mas fuerte. Pepe le sujetaba la cabeza y le gritaba. A todo esto el hospital estaba a menos de 100 metros y pese que se había llamado a la ambulancia allí no apareció nadie. Sus amigos gritaban alterados. Al final el chico entreabrió los ojos. Dos amigos suyos lo cogieron en boladas, lo subieron a una moto y haciéndole un sandwich se esfumaron de allí. No dábamos crédito...
Pese a todo, y después del susto, seguimos en busca del hotel comentando lo sucedido. Entrábamos en las recepciones de los hoteles para preguntar por el precio de las habitaciones y poder verlas. Daba un poco de apuro preguntar ya que era muy tarde y los recepcionistas dormían tras los mostradores. Al final encontramos uno donde pasar la noche aunque no era muy bonito y limpio que digamos. Al día siguiente cogimos nuestros bártulos y fuimos a buscar otro mas céntrico y mas acorde con la arquitectura del pueblo. Lo encontramos justo en la calle principal. El nombre ahora no lo recuerdo. Allí alquilamos 3 motos y fuimos a ver el pueblo. Fuimos al puente japonés, varios monumentos arquitectónicos y el mercado. Para relajarnos y llenar nuestros estómagos fuimos a comer al Banana. Unos rollizos BUENISIMOS, aparte de una sopa de nudles también muy buena. Por la tarde Victor pincho rueda y en un momento y por 60 Dongs (2€) la repararon. Proseguimos nuestra visita en moto y fuimos a una pequeña isla que hay cerca de Hoi An. Allí tomamos unas cervezas en casa de una mujer muy amable. Lo mejor del día para mi. La casa estaba justo al borde del mar. Nos dejó subir a su barco y nos contó historias sobre su familia. Muy muy hospitalaria pese a los pocos recursos con los que contaba. Ya por la noche fuimos al mercado nocturno. Muy bonito. Allí compre la mayoría de recuerdos para familiares y amigos. Después fuimos a cenar y para terminar el día unas copillas en el Benq. A todo esto, ese día nos enteramos de que se acercaba al centro de Vietnam el supertifón Haiyan (Yolanda). Justo donde estábamos. En Filipinas ya había causado muchísimos destrozos así que decidimos que intentaríamos cambiar los billetes que teníamos a Natrang para las 22:15 del día siguiente. Eso, o quedarnos en Danat (una ciudad cerca de Hoi An) y pasar la noche en un hotel con buenos cimientos y que aguantase los golpes y las rachas de viento.
El día acabó ahí. Debo decir que lo que nos habían dicho de que Hoi An era uno de los pueblos mas bonitos de Asía no se si es cierto ya que no he visto muchos sitios en Asia. Pero que Hoi An es precioso si que lo puedo asegurar. Y merece una visita.

















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