viernes, 29 de agosto de 2014

Día 11 de viaje ( 9 de noviembre)

Esa mañana nos levantamos como si fuese un día normal. En realidad no lo era, se aproximaba al centro de Vietnam (justo donde estábamos) el supertifón Haiyan. Ya había pasado por las Filipinas causando destrozos materiales y humanos incalculables. Millones de movilizados y muertos. Vientos de hasta 320 km/h devastaron el país. Desayunando tomamos la decisión de cambiar el tren que teníamos ya cogido. Adelantar la hora de salida. Victor y yo por un lado queríamos quedarnos y verlo. Vivir lo que era pasar por esa situación. El problema era que al día siguiente carreteras y vías de tren estarían cortadas y sería imposible salir de la zona. Así que lo mejor era irnos de allí hacia el sur. Cogimos un taxi que nos llevó desde Hoi An hasta la estación de tren que estaba en Da Nang. Después de hacer una cola kilométrica ya que todo el mundo estaba intentando adelantar su salida, conseguimos que nos la cambiasen para las 10:36 de la mañana. Así que sin pensarlo lo cambiamos. Nos esperaban 11 horas en un borriguero hasta Nha Trang. Por fin subimos al tren y de lejos era el peor en el que habíamos estado. Mal cuidado y sucio. El lavabo daba pena, tanto que se me quitaron las ganas de pasar por el :). Esa noche dormí muy poco, yo creo que ninguno de nosotros descansó. Recuerdo pasar la noche fumando con Victor y Rubén. Por fin llegamos.  En la misma estación cogimos un taxi que nos llevó hasta el hotel Sakura. Resulto que era demasiado caro y se escapaba de nuestro presupuesto. Así que salimos en busca de otro y en la misma calle encontramos uno, hotel The Sun. No era gran cosa pero solo queríamos descansar en él. Lo bueno de este hotel que estaba cerca del mar, donde estaba todo el ambiente de la ciudad. La llaman la Copacabana asiática. En fín, dejamos las mochilas allí y fuimos a cenar unas hamburguesas de 230g en una brasería de la zona. Buenísimas, me quedé con ganas de mas. Mas tarde, y con los estómagos llenos, nos fuimos de copas a una discoteca/chiringuito que estaba realmente bien. Había muy poco vietnamita allí, de echo no vi ninguno, todos éramos extranjeros. Estábamos realmente cansados, 11 horas en tren y sin descansar apenas, pasan factura. A dormir!

Este día no tenía ganas ni fuerzas para sacar la cámara!


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